Tauromaquia
Olvido… Desidia… Abandono…
Una Oda, en su significado griego, se corresponde con el poema que, dividido en tres partes, se cantaba por el coro en las múltiples ceremonias literarias de la Antigua Grecia; ese gran pueblo que fuera la cuna de la Civilización Occidental.
En esos pensamientos andaba yo, hace días, paseando la porticada circunvalación del coso de Las Cruces; y observaba con detenimiento su lamentable estado en buena parte del mismo. Deduje, que solo tres palabras resumían esta circunstancia: Olvido, Desidia y Abandono. Es decir… si se unían las primeras letras de las mismas, se configuraba, sin querer, una Oda. Las cosas de la imaginación…
La tentación de lanzarme al ruedo, e intentar configurar un poema con sus tres partes sobrevenidas ante el ensimismamiento por lo que tenía delante… fue la señal suficiente para desarrollarlo en estas cuartillas, sin necesidad de travestirme para la ocasión, con chitón y clámide. Por ello, el hacerlo solo a cappella en el ordenador, para denunciar lo que es denunciable y que los aficionados hartos de la ineficacia política, lo transformen y usen cual coro de los esclavos judíos, en su canto del exilio Va, pensiero, del verdiano Nabucco. Demasiada fantasía, para los tiempos que corren…
Olvido… que no es sino aquel recuerdo no almacenado en la memoria, por no ser considerado importante. Y este concepto es aplicable a todas las promesas políticas de actuación en los planes por revitalizar la tan cacareada apuesta municipal por La Tauromaquia. Incumplimientos que ponen en solfa el valor de las palabras dadas y van cincelando la valía moral del político que las realiza y de los que lo consienten.
Omisión y desmemoria que te llevan a la desconfianza general de su hacer y prometer diario… y en esto, la retahíla de casos te llevan a recordar la promesa de un Pliego de Contratación, vigente desde finales del 2019, hasta la certeza de celebración de la feria del 2021 con el interregno de varias clamorosas circunstancias dignas de investigación judicial; y que se remata, en la parodia última de un acto administrativo de adjudicación del coso, que se verá en los juzgados, para vergüenza de quienes no tuvieron en cuenta, ni tan siquiera las advertencias dadas… y concluyeron en Un fracaso anunciado.
Desidia… total falta de interés en hacer alguna cosa; negligencia supina en el cumplimiento de una obligación… la de conservar el edificio en todas sus instalaciones para su mejor y mas seguro uso, obligando a los responsables de los daños causados a su reposición, según las contractuales que les obligue, utilizando las fianzas existentes que los cubran en caso de no existir la intención de rehacer el daño. Y en este caso, los servicios higiénicos a usar por los asistentes tienen un estado lamentable, sin posibilidad de uso, por las mínimas exigencias de las normas sanitarias vigentes.
Las instalaciones eléctricas, que en varios sitios del edificio ornan las paredes de los pasillos interiores, cual tendederos en fachadas de los patios de corralas, no pasarían una inspección de Industria de mínimas exigencias. Y en las hornacinas de las fachadas, el vandalismo soportado, señala que aquello de mostrar la Tauromaquia, para algún descerebrado, pues… Como que no, ¡¡por mis gónadas!!.
Abandono…de unas instalaciones municipales y por tanto propiedad de todos que, desde su remodelación en 1984, con la ampliación de su aforo, no parece haber recibido, en sus 37 años transcurridos, la atención que se merece en su mantenimiento; si nos guiamos por lo contemplado desde el exterior y que está afectando a la zona estructural que configura la unión entre lo viejo y lo nuevo edificado.
Una serie de humedades, por filtraciones, no corregidas y que están minando, con daños a considerar, dicha unión; y que dejan traslucir afecciones estructurales auxiliares en las zonas de arriostramiento, con desplazamientos de su entrega en la estructura portante.
Abandono incomprensible, cada vez mas dañino, si no se actúa con severidad y rapidez en la protección de esos elementos para la total seguridad del edificio; que, si a priori no parecen daños severos, sí pueden llegar a serlos por el modus operandi poco diligente del mantenimiento comprobado. Otra Filomena o duraderas nevadas, volverían a poner a prueba la capacidad de daños de unas filtraciones que, al helarse, dilatan y actúan sobre la estructura con esfuerzos no contemplados en los cálculos originales. Los cuales, no pueden prever nunca las causas sobrevenidas de un deficiente mantenimiento.
A pesar de todo lo desgranado hasta ahora que viene a señalar lo mínimo imprescindible de arreglos para su uso, el consistorio, al son de clarines, timbales y haciendo el paseíllo, aprueba un reglamento para las actividades lucrativas que puedan llevarse a cabo en el coso. Es decir, aunque no se cumple lo reglado en salubridad e higiene y sin prevención en zonas de posible riesgo… se oferta su uso y se cobra un canon. Así… como lo leen.
Y esta es la Oda… que hoy día puede hacerse a la plaza de Las Cruces con motivo de sus 160 años de vida en el año 2022, recordando, eso sí, que se edificó por los aficionados de la época con la ilusión de que perdurara en el tiempo, por muy difícil y perturbador que fuere. Hasta ahora, ese deseo se ha cumplido y ahí sigue… hasta que el Pueblo diga.