Tauromaquia
“Si queréis analizar pitones; los cortáis vosotros...”
Curro Díaz con el toro número 50 rechazado por los veterinarios.
INTROITO: y con un par..; así le espetaron al numeroso grupo de los representantes de la Administración que estaba compuesto por los tres veterinarios de servicio y los dos integrantes del equipo gubernativo, (funcionarios del CNP), la noche del pasado festejo ferial del 15/9/2018 , en el patio multiusos de Las Cruces cuando intentaban llevar a cabo su trabajo del reconocimiento post morten de las astas de las reses de la ganadería de Valdefresno, herradas con los números 50 y 90, que fueron lidiadas ese día por Curro Díaz y Perera, respectivamente.
Y lo dijo, casi al unísono, con nocturnidad y total desparpajo, el elenco formado por el presidente del festejo, Sr Toquero, los ganaderos de Valdefresno D. José y D. Nicolás Fraile y los Sres Álvaro Polo y Mariano Jiménez, como representantes de la empresa del coso.
Sirva la introducción para ponernos en la onda de la crónica realizada en su día, sobre lo sucedido la noche anterior en el patio de cuadrillas, de caballos y desolladero de la plaza de toros y que recuerdo titulé: El Aquelarre de Las Cruces y el truco del cartel…
Así que, como continuación a lo denunciado por Guadaqué , por considerar que es de interés público, después de cuatro meses investigando por aquí, allá y acullá.., les cuento lo ocurrido; muy a pesar de la tardanza por estar todo guardado bajo la llave que guarda la responsabilidad aplicable a quien tiene la obligación de poner luz en este asunto; iniciando de una vez por todas un expediente para actuar en consecuencia y aclarar los graves hechos ocurridos.
Todo el baile comienza, cuando en virtud de la potestad reglamentaria que les otorga a los veterinarios de servicio, la exigencia de obtener muestras, para su análisis, de los pitones de las reses que consideren sospechosas de afeitado; estos se encuentran con la insólita oposición del presidente del festejo. Oposición que se desvanece cuando vía delegado gubernativo se le exige por escrito dicha orden.
Es entonces cuando los dos representantes de la empresa, para reconducir la situación, expresan a los veterinarios: Dña Montserrat Mayoral, D. José Luís Pérez Tabernero y D. Ángel Morales, su opinión de que la actitud que muestran, (cumpliendo con su trabajo), lleva inexorablemente al final de la fiesta de los toros (¡!)..; reafirmando los ganaderos presentes dicha postura, con la más casposa y macarra apelación que genera un gratuito insulto sobre su profesionalidad.
Ante el transcurrir del tiempo sin la orden presidencial de llevar a cabo el corte de las astas reglamentariamente solicitadas y lo estrafalario de la situación, es el delegado gubernativo quien ordena al matarife presente, D. Pedro Fraile, el inicio de los cortes de las mismas, indicándole seguir las instrucciones de los veterinarios.
Y ante semejante toque de retreta: ganaderos y empresarios se arremolinan alrededor del matarife, distrayéndole en su trabajo y exponiéndole sus razones, (que resultaron convincentes), logran que se suspenda el corte iniciado y que se declare en huelga de brazos caídos aquel; aduciendo a la concurrencia que aquello no era su cometido y, además, que es ya de noche y no se ve ni medio bien..; por lo que el presidente, los ganaderos y los empresarios, amablemente les indican a los veterinarios presentes que: si queremos tomar muestras, lo hagamos con plena libertad...
El remate de semejante sainete, tiene como escena final a 11 personas mirándose a los ojos, en un inútil tira y afloja, que les lleva hasta las 1:30 horas del día siguiente, por negarse el presidente a exigir a la empresa que ponga los medios que les indica el reglamento taurino para obtener las muestras. A esa hora, se echa el telón de semejante esperpento que tuvo su inicio 5 horas antes. Sin comentarios...
Bueno sin comentarios, no..; con el único comentario que se puede derivar de lo escrito y que se concreta en descubrir el soterrado modus operandi que se practica por esas plazas, donde los municipios prefieren en el palco, (habría que investigar el porqué), a personas sin cualificación taurina ni espíritu de defensa en la integridad del espectáculo. Y si a ello se le suma la incapacidad de asumir las obligaciones emanadas del cargo en la Delegación de La Junta, por causas y razones de evidentes intereses encontrados con algún integrante del empresariado taurino; pues la cosa deriva en lógica sospecha y en albores de prevaricación...
Concluyendo: el expediente ya configurado con las actas gubernativas y los informes veterinarios, al que, si así lo desea algún interesado en investigar lo ocurrido, puede añadir este escrito-denuncia de Guadaqué, que cree en la independencia de la prensa y en la defensa de La Tauromaquia; puede hacerlo, porque, a seis meses de lo ocurrido, aún no se ha iniciado. Lo malo, para todos, es que las elecciones son ya el 26 de Mayo...