Vaya por delante: me parece muy bien que la libertad de elegir suponga la adopción de costumbres, por ejemplo relacionadas con la alimentación, que limitan la ingesta de determinados productos. Y lo digo por quienes así lo hacen a la vez que optan por saborear sólo platos confeccionados con seres del mundo vegetal. Lo que me pone, sin embargo, en guardia, es ese proselitismo lleno de amenazas que vaticina la hecatombe o la condenación. Pero este preámbulo ha lugar a propósito de dos noticias. La primera, de lo más normal por cierto, a disposición de todos los lectores de GUADAQUÉ con fecha de 27 de junio de este año.
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Hemos llegado al siglo veintiuno. Dicho esto, ninguna novedad. Sin embargo, comenzada la segunda década de esta centuria, se multiplican los augures y el APOCALIPSIS está apunto de narrarse como noticia del día. Creímos que podríamos nadar entre monedas para siempre, como lo hacía el “archiricachón” pato Gilito de la Disney y estuvimos convencidos de la salvación mediante la tecnología. Mas, como sostiene el profesor, pensador, escritor y filósofo, José Antonio Marina, “Un burro conectado a Internet sigue siendo un burro”...
La noticia es, según leo en GUADAQUE, algo tan saludable como lo que sigue… “Los bibliobuses llegarán a 205 localidades de la provincia”. Una información facilitada por el delegado de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, de la que me llama notoriamente la atención esto otro: El 99,21% de los 256.000 habitantes de la provincia de Guadalajara tienen garantizado su acceso al préstamo de libros mediante el acceso a 43 bibliotecas, 6 salas de lectura y 4 bibliobuses que recorren los pueblos, llegando a 205 localidades de la provincia…
Fue una de las primeras noticias que cubrí cuando comencé a trabajar en Guadalajara como periodista. Teníamos que acudir al entonces Mesón Hernando, en la A-2, porque nos iban a presentar el "Traje Adeli", una terapia revolucionaria para rehabilitar a los niños con parálisis cerebral. Cualquiera que me conozca un poco sabe que tengo una memoria infame, sin embargo, no me resulta nada complicado evocar aquella tarde. Quedé muy impresionada.
Incluso aquellos triunfos de la humanidad registrados tras el esfuerzo de un hombre sólo, son, en realidad, la suma de distintas asociaciones cuyo resultado forma parte de lo conseguido. Un aporte que conviene reconocer para evitar supercherías e ínfulas sectarias. De modo que, casi siempre, somos con la gente. Unas veces con muchos, con pocos en otras ocasiones, y nada de eso es necesariamente peor o mejor.
Según el DRAE, silogismo es el Argumento que consta de tres proposiciones, la última de las cuales se deduce necesariamente de las otras dos. Por ejemplo… / Los auxiliares de conversación ayudan a la comunicación en un idioma. Un idioma es el sistema de comunicación verbal o gestual propio de una comunidad humana. Hablar el mismo idioma supone la oportunidad de comunicación humana, tanto más fácil, si se aprende mediante la intervención de los auxiliares apropiados./… ¿Refutable? ¿Heterodoxo?...
Todos nos equivocamos. Es humano. ¿Es también humano reconocer los errores? Sí. Sin embargo, pocos humanos demuestran poseer ese rasgo de humanidad. Pocos reconocemos nuestros errores. Sin embargo, se nos da fenomenal ver los errores que otros han cometido. La noticia internacional de hoy es que, tras año y medio sin gobierno, ocho partidos belgas se han puesto de acuerdo para formar gobierno. Y yo me pregunto: En esas negociaciones, ¿Cuánto de reconocimiento de errores y cuánto de petición de obsesiones ha habido en esas negociaciones?
Llamar "manifestación de protesta" al asalto de unos que, bajo el pretexto de exigir mejoras en la educación- de cuyo mal estado (por no decir horrendo), por cierto, alguna responsabilidad tendrán- llamar a la felonía legítima manifestación de protesta, como si el empleo de la violencia fuera el lógico proceder a fin de hacer efectivas sus demandas, es un ejercicio de manipulación intolerable.
Los hospitales son recintos dentro de los cuales pueden escucharse risas y en los que se asiste a emocionantes momentos de alegría, pero, por desgracia, abunda el dolor y la desgracia. Acudir a ellos, en muchísimas ocasiones supone ponerse en el sendero de recobrar la salud y, desde ese punto de vista, son un destino recomendable.
La democracia se pone espléndida a la hora de velar por sí misma. Cuando ha lugar a la ceremonia del voto, cosa que va a suceder en unos pocos días, decide que todo gasto es menudencia. Luego no… o sí, ya verán...
Es la hora de encajarse el sombrero hasta el cuello de la camisa, caminar despacio, y separar los brazos del cuerpo. No tanto como noticia de un vuelo inmediato, sino por precaución: en circunstancias así conviene obligarse permaneciendo alerta. Algunos pimpollos del amor sí y el amor no, audaces en su empeño de hacer primavera contra la imperial disposición del alquitrán urbano, quedan atrás, pisoteados por el frente de vengadores.
En el libro EL MUS DE LOS VASCOS, de Jaime Torner, aparece una sucesión de principios o sentencias relacionadas con el antiquísimo juego de naipes, cuyo conjunto recibe el nombre de POEMA DEL MUS. El primero de esos refranes dice: “Con bunas cartas, Facundo, serás campeón del mundo”.
Alegría es la palabra. El término elegido para titular este registro de signos escritos que se lee por estar a disposición de cualquiera que disponga de tiempo para hacerlo así. El nombre del primer espectáculo al que asistí, en Madrid, de los que se pueden ver por todo el mundo bajo el Grand Chapiteau blanco del Circo del Sol. Una maravilla recomendable como lo será- lo confirmaré en verano- Corteo, la gala que en este 2011 verán personas que residan o visiten las ciudades de Madrid, Alicante, Valencia y Sevilla.
Suele ser mal digerido el éxito cuando este ocurre de sopetón y quien lo logra experimenta lo sucedido sin pensar en las consecuencias. Ha ocurrido con la galápago protagonista de “Un oasis cercano” documental dirigido por Ramón Campoamor Martínez. El vídeo, rodado durante un año en el humedal azudense, la Reserva Ornitológica Municipal de Azuqueca de Henares, ofrece imágenes tomadas durante las cuatro estaciones del año.
Aquí, se sintoniza TELEPICUDO que es una emisora pirata, desde las que se retrasmiten todas las hazañas de ese bicho maligno depredador de palmeras. El picudo rojo, ya saben, y si no se lo recuerdo a ustedes, es un curculiónido, también gorgojo de la familia de los coleópteros polífagos. Y las palmeras, en Elche, uno de los tres patrimonios de la humanidad- la Dama y el Misteri son los otros dos- con los que se reconoce a la ciudad y su importancia.
La médica sudafricana Sonnet Ehlers ha realizado, en mi opinión, uno de los mejores inventos del mundo: un preservativo con dientes para evitar violaciones. Ha tardado la friolera de 40 años en llevar a cabo su invento, pero lo ha conseguido. La segunda cosa positiva de este invento es que se ha ofrecido primero a las mujeres africanas, unas de las que más violaciones sufren en el mundo. A esta mujer deberían darle algún premio.
Qué duro es ser mujer. Nos hemos convertido en ese colectivo que pretenden llevarse los políticos de calle. Primero, fue la publicidad, la que pensó que las mujeres eran un target a tener en cuenta (y les fue de hongos). Ahora, las mujeres estamos en el punto de mira de los políticos. Si somos un público a tener tan en cuenta, ¿Por qué se nos trata tal mal en general?
Me comentaba una amiga que, por motivos de trabajo, viaja bastante que cada vez que va al aeropuerto trata de pasar con el mechero, pero que siempre se lo confiscan. ¿Qué hacen con los mecheros que confiscan en los aeropuertos? También, hacen lo mismo con cerillas, cortaúñas, tijeritas y otros objetos igualmente peligrosos (leer con un deje de sarcasmo). Estas cosas son tan baratas y tan moñas que no sirven para las subastas. Al menos yo no pujaría por una caja de cerillas a medio gastar o un cortaúñas usado a saber por quién. Entonces, ¿Qué hacen con ello?
Ahora que Sesam Street cumple 40 (en España, Barrio Sésamo tendría 32), se me ocurre que todos los que crecimos con Espinete y compañía podríamos ser una generación, llamémosla por ser originales, Sésamo. Además de haber crecido con las aventuras de Don Pimpón, Ana, Chema, Ruth y demás personajes (personalmente, me gustaban mucho el Conde Drácula y Triki); tenemos en común más cosas, algunas no tan entrañables.