Como en la película de Berlanga, en España está siendo ya hora de que haya un "todos a la cárcel". Vayan mis disculpas por delante si suelto algún exabrupto, pero estoy como una hidra. Entre los unos que dejaron este país nuestro hecho unos despojos y que los otros se empeñan en sacarlo del hoyo a costa de los más pobres, el que no se cabrea es porque no tiene sangre en las venas.
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Ya lo advertía Cáritas a finales de marzo: si no conseguían más ayudas, deberían ofrecer menos comida en el restaurante solidario a aquellas personas que, diariamente, acuden ahí para poder llevarse algo a la boca. No han conseguido más fondos. Ahora, sólo servirán un plato de comida. Parece que cuando se dice "el drama del paro" es una suerte de frase hecha, pero lo terrible es que es una realidad. Dura. Hay mucha gente en Guadalajara capital que no tiene nada para comer. ¿Qué hacemos por evitarlo?
Fue una de las primeras noticias que cubrí cuando comencé a trabajar en Guadalajara como periodista. Teníamos que acudir al entonces Mesón Hernando, en la A-2, porque nos iban a presentar el "Traje Adeli", una terapia revolucionaria para rehabilitar a los niños con parálisis cerebral. Cualquiera que me conozca un poco sabe que tengo una memoria infame, sin embargo, no me resulta nada complicado evocar aquella tarde. Quedé muy impresionada.
Igual que el hermano de Napoleón Bonaparte pudo decir que fue rey de España, José I, dentro de muchos años, podré decir: "Yo ayudé a crear un periódico, GuadaQué". Ni Blanca Corrales (creo) ni yo misma, nos paramos a meditar qué iba a suponer el meternos en este proyecto. Tampoco me imaginaba que, tres años después, debería decir gracias tantas veces. GRACIAS.
Todos nos equivocamos. Es humano. ¿Es también humano reconocer los errores? Sí. Sin embargo, pocos humanos demuestran poseer ese rasgo de humanidad. Pocos reconocemos nuestros errores. Sin embargo, se nos da fenomenal ver los errores que otros han cometido. La noticia internacional de hoy es que, tras año y medio sin gobierno, ocho partidos belgas se han puesto de acuerdo para formar gobierno. Y yo me pregunto: En esas negociaciones, ¿Cuánto de reconocimiento de errores y cuánto de petición de obsesiones ha habido en esas negociaciones?
Hace falta desfachatez y descaro para decir en público, como ha dicho el PSOE, que no piensa devolver los 16 iphones 4, que la Diputación encargó al final de la etapa de Pérez León.
Sociedad General de Autores y Editores. Eso es lo que significan las siglas SGAE. Una organización encargada de la “defensa y gestión de los derechos de propiedad intelectual” en España. Y lo hace a través de la gestión del dinero de un canon que pagamos todos los ciudadanos cuando compramos el disco duro de un ordenador, una memoria usb o un CD. Sin embargo, y a pesar de ser un impuesto público, la mencionada entidad, lejos de repartir los beneficios entre todos los creadores –que sería lo justo-, lo hace únicamente entre sus asociados.
«¡Esto es democracia y no lo de Sol!». La frase se pudo escuchar en la calle Génova, frente a la sede nacional del Partido Popular. ¿El momento? Cuando los seguidores del PP conocieron los datos de las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo, 22 de mayo, que concedían a su formación una incontestable victoria.
Por la tele lo aseguraron, aunque, tratándose de la tele, bajar la guardia y descartar la duda puede suponer un considerable patinazo: las fuentes de Guadalajara se cortan. Dejan de manar porque el viento y el frío convierten las gotas de agua en proyectiles de hielo. Así, caminar por la Plaza de Santo Domingo, al menos durante el breve espacio de imaginar una contingencia como la relatada, semejaría la carga guerrera en un campo de batalla bajo fuego de ametralladora.
No pretendo incordiar sobre el eterno debate de la teoría de la información, si una imagen vale más que mil palabras, pero el caso es que hoy me he encontrado con un libro de fotografías sobre Guadalajara que tiene más fotografías que libros. Es una obra de Agustín Tomico Alique, Guadalajara foto a foto, que cuenta con más de 2.500 fotografías de la provincia, y una edición de 2.000 ejemplares.
Aún quedan en España algunas personas que saben dónde está el Sáhara, otros pocos recuerdan que, en tiempos, formó parte de España, y muy muy poquitos se refieren a esta zona de África como la provincia 53. Son tan pocos en España los que se preocupan del pueblo que ocupa el Sáhara que, a pesar de que es políticamente incorrecto decir que los saharauis importan un bledo, lo cierto es que los políticos españoles, incluido el Gobierno de la nación, pasan olímpicamente de lo que les pueda suceder a manos de Marruecos. Lo importante no es el pueblo, sino otras cosas.
Hace poco, una amiga ha estado en Italia y me comentaba, a su vuelta, la terrible impresión que le ha causado, porque la gente lo está pasando muy mal a causa de la crisis. Las empresas italianas, para ahorrarse despidos, han bajado el sueldo a todo el mundo, de forma que, ahora, un directivo medio de cualquier multinacional cobra más o menos lo mismo que un jefe con un par de empleados a su cargo en cualquier empresa media española.
La médica sudafricana Sonnet Ehlers ha realizado, en mi opinión, uno de los mejores inventos del mundo: un preservativo con dientes para evitar violaciones. Ha tardado la friolera de 40 años en llevar a cabo su invento, pero lo ha conseguido. La segunda cosa positiva de este invento es que se ha ofrecido primero a las mujeres africanas, unas de las que más violaciones sufren en el mundo. A esta mujer deberían darle algún premio.
Sé que comenzar con una perogrullada no es una buena idea, pero para una futbolera empedernida reconocer que hay vida más allá del fútbol no es fácil. Sin embargo, en este impase hasta que empiece el Mundial de Sudáfrica, podemos abrir la mente y darnos cuenta de que existe vida deportiva fuera del planeta fútbol. ¿O no?
Para alguien como yo, que ha ido a patita a todas partes el 95% de su vida y que ha usado el transporte público durante un tercio largo de la misma, todo este drama del Plan Astra resulta un poco valleinclanesco. Qué ganas de hacer un problema de algo que, a priori, se había planteado como una solución.
Qué duro es ser mujer. Nos hemos convertido en ese colectivo que pretenden llevarse los políticos de calle. Primero, fue la publicidad, la que pensó que las mujeres eran un target a tener en cuenta (y les fue de hongos). Ahora, las mujeres estamos en el punto de mira de los políticos. Si somos un público a tener tan en cuenta, ¿Por qué se nos trata tal mal en general?
Me comentaba una amiga que, por motivos de trabajo, viaja bastante que cada vez que va al aeropuerto trata de pasar con el mechero, pero que siempre se lo confiscan. ¿Qué hacen con los mecheros que confiscan en los aeropuertos? También, hacen lo mismo con cerillas, cortaúñas, tijeritas y otros objetos igualmente peligrosos (leer con un deje de sarcasmo). Estas cosas son tan baratas y tan moñas que no sirven para las subastas. Al menos yo no pujaría por una caja de cerillas a medio gastar o un cortaúñas usado a saber por quién. Entonces, ¿Qué hacen con ello?
Ahora que Sesam Street cumple 40 (en España, Barrio Sésamo tendría 32), se me ocurre que todos los que crecimos con Espinete y compañía podríamos ser una generación, llamémosla por ser originales, Sésamo. Además de haber crecido con las aventuras de Don Pimpón, Ana, Chema, Ruth y demás personajes (personalmente, me gustaban mucho el Conde Drácula y Triki); tenemos en común más cosas, algunas no tan entrañables.
Da mucho asco y vergüenza ajena comprobar lo carroñeros que podemos llegar a ser ante una persona que sufre una situación desesperada. La crisis ha hecho que muchas personas se vean obligadas a vender casas, coches, joyas, etc. que les costó mucho dinero y esfuerzo conseguir y que, casi, tienen que regalar para salir del apuro. Y lo venden regalado y no por su justo valor, porque alguien lo compra, sabiendo que se está aprovechando de la desgracia del otro. Vomitivo.