En él, siete personas solicitantes de protección internacional prepararon con ilusión durante los últimos días, cuentos propios que narraron oralmente en diferentes idiomas y acompañaron de melodías de sus culturas y países de origen.
El público asistente, sobre todo menores y también residentes del centro, pudieron disfrutar de historias procedentes de Ucrania, Camerún, Gambia, Guinea Conakry.