No pudo ser, aunque por muy poco, pues a Dani Molina solo le faltaron seiis segundos para conseguir un reto que fue seguido por las cámaras de televisión de varios medios nacionales, con ese esfuerzo del atleta por aventajar al elevador, asecendiendo por la ladera junto a las escaleras paralelas del funicular, por enorme pendiente. "He querido demostrar que aunque se tenga una discapacidad, se puede hacer deporte y disfrutar de los retos", señalaba a la conclusión de la prueba.
A los 22 años, Dani Molina sufrió un accidente de moto que casi le cuesta la vida. Perdió la pierna derecha por debajo de la rodilla y después de 14 operaciones y un año de recuperación pudo volver a andar. Desde entonces volcó su vida en el deporte, siendo campeón del mundo de acuatlón y subcampeón del mundo de triatlón. El pasado lunes conquistó la medalla de bronce de paratriatlon en Rotterdam.