El entorno de la plaza de Bejanque fue el centro de la celebración que luego se extendió por otras calles de la ciudad. Hasta alí se acercaron muchos aficionados a felicitar a los jugadores que ya habían sentido en su desplazamiento a tierras conquenses el calor de más de 1.500 desplazados que les hicieron sentir como en casa. Desde Tarancón llegaron a Guadalajara sobre las 22 horas y ya todos estaban esperando para celebrar. Los bomberos había colocado una gran pancarta sobre la jaula, y la policía había acordonado la zona, pero eso no impidió la cercanía ni la explosión del júbilo.
Y hubo hasta algún remojón en la fuente a pesar del frío y muchas lágrimas de alegría, incluidas las del alcalde de la ciudad, Alberto Rojo, que también se dejaba la voz gritando los cánticos de la celebración. Desde junio de 2011, en Bejanque no se celebraba un ascenso del Dépor y esta vez el sueño era real.