"Mi sueño es tocar, hacer la música que me gusta y viajar y poder compartir lo que estoy haciendo con el público", dice Malikian, que viene en esta ocasión junto a una joven 'Orquesta en el tejado'. Un proyecto distinto en el que mezcla a los clásicos con música moderna. Su inagotable calendario de actuaciones, sin embargo, no deja de lado otros espectáculos que ya han pasado por Guadalajara, como el humorístico 'PaGAGnini', junto a la compañía Yllana; o 'Los Divinos', que se acerca al mundo de la ópera en compañía del tenor José Manuel Zapata.
P. Ha tocado usted numerosas veces en Guadalajara, pero vuelve con algo diferente. ¿Qué va a encontrarse esta vez el público?
R. Tengo mucha ilusión porque la verdad que quiero mucho a Guadalajara y es una suerte volver ahora con uno de mis últimos proyectos. Toda la vida tocando en orquestas y siempre quería saltarme de mi sillón y hacer cosas diferentes. Y por fin hemos conseguido inventarnos esta orquesta donde cada músico toca como quiere, no tiene que seguir unas pautas o unas reglas o tiene que estar sentado.
Tenemos una energía nueva y tocamos música desde los barrocos hasta los grandes rockeros de hoy día; música moderna, sin prejuicios de repertorio, de estilo, ni de manera de hacerlo.
P. ¿Que no le guste abordar con seriedad la música clásica tiene que ver con esto de subirse toda la orquesta al tejado?
R. Nuestra intención es simplemente hacer la música que nos gusta […] a nuestra manera y haciendo un arreglo especial para nuestro conjunto. Y queríamos poner un nombre a la orquesta y como he visto la película ‘El violinista en el tejado’ (Norman Jewison,1971), pues hemos pensado en llevarnos toda la orquesta al tejado.
P. Desde luego no puede quejarse de falta de reconocimiento en Guadalajara. Tres conciertos en tres meses y están ya todas las entradas agotadas.
R. Es una emoción muy grande. Agradezco todo el cariño del público y yo también tengo un cariño muy especial para Guadalajara. Llevo tocando allí desde hace casi 17 años. Empecé a tocar ahí cuando aún no vivía en España ni hablaba el español, algunos conciertos didácticos para los niños y desde entonces se creó un cariño muy especial. Voy a tocar allí a Guadalajara todos los años. Es muy especial el cariño del público y su energía.
P. ¿Se puede mezclar en un concierto a Rachmaninov y a Bjork sin que se tiren de los pelos?
R. Absolutamente. Yo creo que consideramos igual de genios a los grandes músicos clásicos de hace 300 años que a los grandes artistas de hoy día, que se dedican a su música y llevan masas a los conciertos. Son igual de genios e igual de grandes músicos ¿Porqué no mezclar en un concierto a Bjork con Bach o a Vivaldi con Radiohead? Son cosas para nosotros compatibles e incluso se complementan el uno al otro. Lo disfrutamos y seguramente que el público lo disfrutará con nosotros.
P. Decía en otra entrevista que encontró dificultades para convencer al mundo occidental de que un libanés pudiera tocar música clásica y violín ¿Esa resistencia ha sido ya vencida?
R. Sí. Eso era cuando era más joven, por supuesto; cuando todavía no me conocían. Cuando uno dice que es libanés se le identifica por desgracia con la guerra y es difícil convencer de que también se puede tocar el violín en vez de una escopeta. Pero, después de unos años, puedes convencer con tu violín y la gente se acuerda de ti y cambia de opinión, por supuesto.
P. ¿Y ahora queda algún prejuicio por derribar?
R. Por supuesto, en el mundo queda mucho prejuicio. Lo que intentamos convencer al público es de que la diferencia entre cada pueblo y cada cultura es lo bonito. Que la gente no se enfade porque uno es diferente. Al contrario, que se alegren. Que disfruten las diferencias.
P. Echar un vistazo a su calendario casi marea ¿Con tanto espectáculo distinto no acaba uno desarrollando personalidad múltiple?
R. Para mí la verdad que es un lujo el poder hacer tantas cosas y a la vez, además. Para mí es una manera de quedarme siempre con mucha ilusión en lo que hago. Nunca me aburro porque cada día es algo diferente. Yo necesito esa inspiración, cada día hacer algo nuevo, tener una inspiración nueva. Para mí es una suerte y ojalá dure.
P. Y ¿Qué tal sienta ese cambio de un momento para otro desde un espectáculo más humorístico como PaGAGninni a una orquesta de cámara o a una sinfónica?
R. Es maravilloso porque ningún día se parece al anterior ni se va a parecer al siguiente. Para mí es muy valioso porque cada día aprendo algo y cada día es una cosa tan diferente que la una complementa a la otra.
Con PaGAGnini me divierto y me río muchísimo. Y al día siguiente, si estoy tocando con ‘La orquesta en el tejado’, también me divierto. Siempre hay un punto en común entre todos los espectáculos. Es importante siempre la emoción, tanto cuando hacemos un espectáculo de humor como sin humor. Siempre intentamos llegar al alma, al corazón y, si se puede hacer con alegría, con sonrisas, pues mucho mejor.
P. De vez en cuando vemos un violín en grupos de rock ¿Hay espacio más allá de la Sinfónica?
R. Cada vez se abre más el violín para el rock y, de hecho, uno de los programas que queremos hacer con ‘La orquesta en el tejado’ es un programa de música moderna íntegramente. Para tocar en festivales de rock, al aire libre, y para público en grandes cantidades, y tocar cosas de Metallica, de Radiohead… Ese es uno de los proyectos para demostrar que con los violines también se puede tocar esta música.
P. Se dice que la música amansa a las fieras ¿En este contexto de crisis da también para aplacar a los mercados?
R. Siempre el arte ayuda. Y en época de crisis es aun más nuestro deber, de los artistas, de ofrecer más arte, más cultura a la gente y que quizás, ojalá, puedan sensibilizarse más y olvidar… la cultura no soluciona, pero mejora la situación seguro.
P. Paganinni escribió 24 ¿Cuál sería ahora su mayor capricho? Lo que más le gustaría hacer próximamente.
R. Ahora la verdad que estoy muy metido con el proyecto de la orquesta, pero tengo muchas cosas en mente. Me tengo que sentar y relajar y ver qué hacemos lo siguiente.
Hay un proyecto de hacer un espectáculo para niños con música de Stravinski. Su música está considerada muy difícil de entender y tengo este reto de demostrar que los niños son muy listos y pueden perfectamente entender una música tan compleja como la de Stravinski. Ese es uno de los proyectos que tengo en mente, pero todavía no se cual va a ser el próximo.