Fue la lidia de Proyectil, sin duda, la parte más animada de una suelta de reses en la que finalmente se lidiaron tres astados para festejo popular: los dos previstos inicialmente (el citado Proyectil, más el negro bragado de nombre «Cigarrito»), así como un sobrero, también negro, que finalmente la Comisión Taurina decidió incorporar al encierro.
Los tres astados tenían una presentación notable, respetable tamaño y presencia de defensas, pero los lidiados al comienzo de la tarde fueron muy parones, y apenas quisieron embestir a los mozos apostados en el recorrido, buscando constantemente el regreso a la Plaza, donde algunos mozos sí que se lucieron en recortes. Por contra, sí demostró gran bravura, fuerza y movilidad el último de la tarde.
Esta segunda suelta de reses se saldó sin incidentes graves, y tan sólo hay que reseñar tres personas con heridas leves por contusiones, todas ellas producidas en el manejo de los astados, ya que son personas implicadas en la organización (dos miembros de la Comisión Taurina, y uno de la Peña Taurina La Campiña). De hecho, hay que reseñar como anécdota que uno de los heridos fue el propio alcalde de Cabanillas, José García Salinas, quien recibió un varetazo en la pierna de uno de los bureles, aunque sin mayores consecuencias que el golpetazo.