El caso en cuestión corresponde a una persona que acudió aquejada de un problema gastrointestinal a un centro sanitario de la Comunidad de Madrid que identificó la bacteria.
En consecuencia, se contactó con el Instituto de Salud Carlos III, que realizó los estudios microbiológicos necesarios descartando el diagnóstico de cólera ante la ausencia en la bacteria de la toxina causante de esa enfermedad.