Las investigaciones posteriores determinaron que los ficheros fueron enviados por el arrestado mediante mensajes en chats privados, y mediante la solicitud de los correspondientes mandamientos judiciales, se pudo determinar la titularidad de los dispositivos digitales y las direcciones de envío de los citados archivos, que coincidían con el domicilio familiar y la universidad donde el presunto autor cursaba estudios.
A pesar de haber borrado los archivos objeto de la investigación antes del momento del arresto, los agentes consiguieron acreditar a través de las pruebas aportadas, su presunta implicación en un delito de tenencia/distribución de pornografía infantil.