El acusado ha confirmado que fumaba entre 8 y 10 porros diarios, mientras que su letrado ha recordado que uno de los eximentes penales es la adicción a sustancias estupefacientes y ha señalado que en marzo de 2014 sufrió un brote psicótico del que fue tratado en el Hospital de Guadalajara. Sin embargo, posteriormente no estaba recibiendo ningún tratamiento ya que no le diagnosticó ninguna enfermedad mental sino que fue un episodio puntual.
Por su parte, tanto la Fiscalía provincial de Guadalajara como la acusación particular han considerado los hechos constitutivos de un delito de asesinato y el fiscal ha subrayado que se dan dos circunstancias, la alevosía, al atacarla en la cama de forma sorpresiva y en estado de somnolencia, y el ensañamiento, puesto que le dio 13 puñaladas y además lo hizo delante de su hija de 5 años.
Han pedido 26 años de prisión por el asesinato, han señalado el agravante de parentesco y, además, la Fiscalía ha pedido un año de prisión por el delito de lesiones causadas al vigilante que le encontró por las calles de la urbanización, cuando el acusado caminaba con su hija en brazos, aunque el vigilante logró zafarse y avisar a su compañero y a la Guardia Civil.
El fiscal y la acusación particular han pedido la privación de la patria potestad de su hija y la prohibición de acercarse a ella y comunicarse con ella durante 32 años y han recalcado el importante daño psicológico y trauma que lo vivido ha causado en la pequeña.
Asimismo, la Fiscalía pide una indemnización de 200.000 euros para la niña y 50.000 para los padres de la fallecida, similar a las cantidades de la acusación, y otros 4.000 euros para el vigilante por las lesiones causadas.
En el juicio con jurado están llamados a testificar 19 personas además de otros 13 profesionales en la parte pericial.