El mensario de Beleña de Sorbe

El mensario de Beleña de Sorbe

A estas alturas de marzo, todos tenemos ya en nuestras casas calendarios del nuevo año y muchos no nos hemos resistido a pasar sus páginas tratando de calcular lo que vendrá y cuándo vendrá. Pero si de calendarios se trata, en Beleña de Sorbe hay uno muy particular porque, indiferente al paso del tiempo (por paradójico que esto resulte), desde el siglo XII, marca los meses del año en una arquivolta que es uno de los ejemplos más bellos del románico en Guadalajara.

Y es que en la iglesia de San Miguel de Beleña, a través de una serie de doce altorrelieves que representan faenas agrícolas y domésticas, se hace presente el año, formando un mensario que constituye una verdadera joya del románico. El templo parroquial de Beleña, fue levantado entre finales del siglo XII y principios del XIII, sufriendo su crucero y cabecera una ampliación en el siglo XVI. La fachada meridional, de puro sabor románico, se abre en una galería porticada de diez arcos de medio punto, contando el de mayor tamaño que sirve de acceso a este atrio, destinado primero a los no bautizados y después lugar de celebración de las reuniones concejiles.

Es al cobijo de este espacio lleno de luz, donde se encuentra la portada con el mensario tallado. Se resuelve esta puerta mediante tres arquivoltas semicirculares (las representaciones de los meses están en la intermedia) que apoyan sobre columnas pareadas de capiteles también tallados. Tradición romana La idea de personificar los meses y las estaciones por medio de alegorías basadas en las distintas f enas agrícolas hay que buscarla en Roma. El método continúa en la Edad Media, conservándose algunos ejemplos de época carolingia y otoniana en los que se aprecia cómo las antiguas alegorías se van sustituyendo por imágenes que evocan más directamente la actividad agrícola, punto de partida para los calendarios del románico y del gótico. Son muchos los templos medievales de toda España, pero también de Italia y Francia, donde se da este tipo de representaciones que hoy día son un testimonio único para conocer los medios y los métodos de trabajos medievales.

Pero muchos de estos calendarios agrícolas van más allá de la mera representación del paso del tiempo a través del trabajo, y ese es el caso de Beleña. Manuel Antonio Castiñeiras González, en su trabajo "El calendario medieval hispano. Textos e imágenes (siglos XI XIV)", publicado en 1996, trata de explicar el mensaje de estos mensarios con una teoría muy conciliadora que combina los meses y el trabajo impuesto por Dios mismo a Adán. 

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Cada mes con su representación

Se suceden los meses de enero a diciembre siguiendo la tradición romana de comenzar el cómputo anual en las Calendas de enero. No todos los calendarios medievales se iniciaban en el mismo mes, según qué regiones podía comenzar en marzo o abril. En Beleña, los meses aparecen encuadrados por dos figuras, un ángel y una cabeza masculina cuyo significado resulta oscuro y ambiguo.

La matanza del cerdo ocupa el mes de enero en este calendario. En febrero aparece un campesino sentado en un banco que, al no haber trabajo en el campo, descansa y  se calienta al fuego. En marzo el agricultor ya sale al campo con el fin de iniciar el ciclo agrícola y poda la viña para que la planta esté dispuesta. En abril y mayo se exalta la primavera y por eso aparece en el primero una dama con flores y en el segundo un caballero practicando la cetrería. En junio siega el heno con la hoz, en julio siega la mies y en agosto la trilla, para dedicar septiembre y octubre al laboreo de la vid. En el primero corta los racimos y en el segundo trasiega el vino del odre al tonel. En noviembre con la arada y la siembra acaba el trabajo agrícola y en diciembre, la arquivolta de Beleña nos muestra el banquete de Navidad con la mesa repleta de viandas.

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Cómo llegar: Desde Guadalajara se toma la carretera rumbo a Humanes. Una vez allí hay dos posibilidades  la primera con dirección a Tamajón hasta encontrar el desvío de La Mierla y desde allí a Beleña. La segunda se encamina a Cogolludo y en Fuencemillán se toma la carretera hacia Beleña de Sorbe. 

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